Desfile de carrozas en honor a San Antonio de Padua siguiendo un esquema similar al de otras fiestas de la zona. También en este caso se constata la importante colaboración con las carretas de las familias de Larino que toman yuntas de bueyes de criadores de Palata y luego llevan sus carretas florecidas a la procesión en honor a San Antonio en Palata como muestra de agradecimiento por su colaboración en la provisión y cuidado de los animales que conducen sus carretas durante la fiesta en honor a San Pardo. En otros casos, las familias -menos numerosas- montan la carroza, pero piden prestados los animales a otros pueblos vecinos. Este circuito de ayuda mutua entre localidades que comparten una misma forma de celebración pone claramente de manifiesto la caracterización territorial de esta forma de expresión cultural elegida por las comunidades de extracción agraria. También en este caso, las carrozas están decoradas con telas bordadas y menos flores, pero el icono del santo permanece, finamente enmarcado delante de la carroza en la llamada “palmera” fijada en el timón de la carroza, como ya se observó en la procesión de San Antonio en Montecilfone. También en Palata, además de las carrozas familiares, hay carrozas de grupos de jóvenes amigos que comparten así el compromiso y la carga de organizar la procesión. La organización de la fiesta incluye la doma de los animales, la preparación de las carrozas y la realización de la procesión, que se ha transmitido durante generaciones. Además de los manteles, los adornos típicos de los animales son las cuerdas de colores que se anudan alrededor de los cuernos del ganado. Según algunos, la tradición de la fiesta de San Antonio en Palata era sólo la pareja de bueyes yugulados llevada a bendecir.