Hombres, bueyes y flores” es un consorcio de comunidades de práctica festiva y ceremonial unidas por procesiones devocionales en las que los practicantes y los custodios caminan junto al ganado -vacas, bueyes o toros- con carros o simples yugos, decorados o portando elementos florales o vegetales. El acuerdo de colaboración que comparten estas comunidades patrimoniales pretende apoyar y poner en valor los conocimientos y las prácticas minuciosas que subyacen a estas ceremonias, los espacios y paisajes rurales y urbanos en los que se desarrollan, la biodiversidad animal y vegetal y los conocimientos de ganadería imprescindibles para el mantenimiento y la reproducción de estos animales, que cooperan en la creación de las antiguas devociones y fiestas que celebran un mundo agrario hoy radicalmente transformado, pero que en la memoria del ayer encuentra razones y formas para permanecer en estos lugares hoy, alternando generaciones entre la continuidad y la transformación. Los ceremoniales que se reúnen reconocen similitudes y discontinuidades, en un diálogo que identifica el patrimonio inmaterial como una de las palancas más poderosas del encuentro entre culturas y la relación entre el hombre y la naturaleza como uno de los temas cruciales del pasado y del presente.