EL PROYECTO

EL PROYECTO

Se trata de un amplio conjunto de actos ceremoniales caracterizados por los recorridos campo-ciudad, realizados ritualmente con carros tirados por bueyes o acompañados por bueyes yugulados adornados con flores (de papel crepé o decorados con flores/frutas/verduras frescas) o ganado yugulado y decorado que lleva elementos arbóreos para entrar triunfalmente en el espacio del pueblo. Estas expresiones particulares de espiritualidad expresan, en el contexto influenciado por las formas específicas de religiosidad católica, la devoción de las comunidades a los santos patronos, en gran parte relacionados con las actividades agrícolas y la relación con los animales (San Antonio de Padua, San Isidro, así como muchas devociones marianas y algunos santos patronos particulares). Los movimientos estacionales siempre han sido muy importantes en las comunidades caracterizadas históricamente por la actividad agrícola, incluso cuando hoy en día se produce una importante transformación en el tejido social, económico y profesional de los grupos de cuidadores y practicantes. Algunas de las funciones y, en general, el sistema de conocimientos y prácticas contenidas y transmitidas a través de estos ceremoniales son muy similares y coherentes, a pesar de las diferencias que necesariamente diferencian a estos patrimonios bioculturales entre sí: los hombres que preparan, entrenan, dirigen y alimentan a los animales y mantienen y equipan los yugos y los carros; las mujeres que preparan las flores de papel y los adornos florales o vegetales de los carros (o de los yugos) y los alimentos rituales que se consumen en determinados momentos ceremoniales, pero también las guardianas del buen conjunto de actividades artesanales relacionadas. Los caminos sacralizan el espacio entre la zona rural y la urbanizada y renuevan una estrecha cooperación e interacción entre el hombre y el animal, contribuyendo al mantenimiento de una memoria agropastoral en sociedades también muy renovadas y modernizadas. En las ceremonias se da gran importancia a los cantos y/o bailes que se realizan a lo largo de la ruta y a otros gestos de devoción realizados por los participantes y/o los animales (sacrificio compartido del camino común de hombres y animales, arrodillamiento de bueyes, oraciones y especial implicación emocional de los hombres y mujeres participantes en momentos concretos de la ruta). En las procesiones más grandes, se valora mucho el orden procesional y, en general, las formas de organización (listas, reglamentos internos de las Comisiones de Fiestas o Cofradías, estatutos, secuencias, concursos para el orden procesional) y el aprecio expresado por los asistentes a las procesiones por los distintos pasos familiares o colectivos.